MIÉRCOLES, DÍA DEL ESPECTADOR
Por fin nos hemos decidido a ir un miércoles al cine, y es que con esto del día del espectador queriamos aprovechar para salir con la peque al cine un día entre semana.
La película ha sido más o menos como el día, un tanto lenta, con poco guión y larga...bastante larga. Despúes un dato bastante curioso es que éramos en total en esa inmensa sala: 8 personas en total, 3 niños y 5 adultos, el negocio de los cines no está en su mejor momento, pero es que además cuando nos quisimos dar cuenta estaban creándose estalactitas y estalacmitas por doquier...¡¡que frío hacía¡¡¡
Bueno, al menos hemos estado disfrutando de una tarde diferente, y despúes el trasiego nocturno: baño, cena y cuento.
Gracias, por momentos de relax, en los que, frente a una inmensa pantalla, somos capaces de viajar a otros mundos, a otras épocas y descubrir que los sueños de muchos se hacen realidad.
Deberíamos apostar un poco más por aquello que de una manera tan divertida nos ayuda a disfrutar, en este caso, el Septimo Arte, que está ahí, quizá un poco agonizante por las nuevas tecnologías, por la piratería, por el querer ser el primero, pero es lo que es: un inmenso placer para la imaginación.
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